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A Roxana: mi compañera de vida,

porque sin su apoyo, no podía haber destinado

las horas que le pertenecían para escribir este libro.

Te amo.

A Marcos y Leonardo.

A Enrique Martínez y Martínez

por su amistad e invaluable apoyo
en la investigación para este libro.

Agradecimientos

A José Manuel Villalaz por su valioso auxilio en la revisión y edición del texto.

A Berenice Olmos por la paciencia y comprensión para la elaboración del mismo, a Chantalle González por sus valiosas opiniones y de manera especial a Andrés Elizalde por haber realizado la investigación hemerográfica y bibliográfica.

Mi reconocimiento especial a Roy Campos por escribir el prólogo para La segunda alternancia. Diferencias estratégicas de la campaña presidencial de 2012, por su valiosa opinión y por darme acceso a sus archivos electrónicos.

Marcos Bucio

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Prólogo

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Parece que Marcos Bucio está empeñado en ser un cronista de las elecciones presidenciales. Este libro es ya el tercero de la serie que inicia con Dos visiones para el triunfo, en el que junto con Jaime Gutiérrez analiza las estrategias de Vicente Fox y de Francisco Labastida en la primer alternancia en México. Después en 2007 nos entrega Suma de restas en la que hace un diagnóstico de los aciertos y los errores de Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador; y ahora, con La segunda alternancia finaliza lo que hasta el momento es una trilogía de textos sobre las campañas presidenciales. Analiza detalladamente, no dos sino tres estrategias: la del ganador, Enrique Peña Nieto; la de López Obrador, que por segunda vez es estudiado contrastando los cambios que muestra en seis años; y la de Josefina Vázquez Mota, que siendo la primera mujer candidata de un partido competitivo y representar al partido en el poder, no supo consolidar una estrategia ganadora.

Los análisis que hace Marcos no siempre los comparto pero no dejo de reconocer que tienen sustento y razonamiento. Por ejemplo, en algún momento afirma que Josefina Vázquez Mota debió hacer una campaña donde se llamara a votar por la continuidad de los programas económicos de Felipe Calderón, ya que la estabilidad era aplaudida por los mexicanos; en mi opinión, la candidata del Partido Acción Nacional (pan) no podía ofrecer nada que significara continuidad en momentos en los que flotaba en el aire el deseo de cambio, porque como se afirma en el libro “el electorado mexicano se encontraba insatisfecho por la evidente falta de resultados de las dos administraciones panistas”, en la práctica eso se reflejó en las urnas, ya que 16 de las 34 elecciones a gobernador del sexenio vivieron alternancias y en al menos cinco de ellas el partido en el poder fue relegado al tercer lugar como ocurrió en la elección presidencial. Creo que la afirmación de Marcos en este sentido la hace en uno de sus varios momentos de idealista en que llama a un voto racional y olvida que el votante no se mueve por la razón sino por las emociones que le generan los candidatos.

Otro momento parecido lo vive cuando analiza las etapas de planeación, investigación y conformación del equipo de campaña, y afirma que ganará quien tenga la mejor estrategia, la mejor ejecución, el mejor mensaje, la mayor unidad en su partido y que cometa menos errores; en mi opinión, si un candidato logra hacer todo eso podrá ganar la campaña pero la elección requiere, además, otros elementos como la estructura y la identidad partidista creada en la ciudadanía, y lo digo porque en 2012 la campaña la ganó López Obrador; su mensaje y su estrategia funcionaron y fue el único que aumentó en preferencias a lo largo de los 90 días, aunque no al ritmo suficiente para alcanzar al puntero. Enfrente tenía un partido poderoso con fuerte presencia en el electorado y un candidato popular que estructuró una campaña administrando una gran ventaja y disminuyendo los riesgos; estrategia que fue suficiente para el triunfo electoral; Peña Nieto supo leer la contienda y nunca atacó, evitó polarizar, pensaba ya en su gobernabilidad, es una buena muestra de que la investigación dicta la estrategia.

Entre las muchas cosas valiosas de este libro podemos encontrar una recopilación de citas, cifras, hechos, fotografías, historias, trascendidos, anécdotas y todo lo relacionado con la campaña y precampaña, lo que nos permite tener una sabrosa crónica y revivir los momentos del primer semestre de 2012. Por ejemplo, todos podemos recordar el Estadio Azul, el cuchi-cuchi, las separaciones del Partido Revolucionario Institucional (pri) y el Partido Nueva Alianza, los precandidatos de todos los partidos, las encuestas para seleccionar candidato a López Obrador, los debates, la encuesta que Calderón da a conocer en una reunión bancaria desatando polémicas por diferir de todo lo conocido y por su intervención en ese tema, la visita del papa, etcétera.

En el libro no solamente se recrea la campaña de 2012, también rehace partes, pasajes y anécdotas de 2000 y 2006 que ya antes había reseñado pero que ahora enriquece con reflexiones y análisis más maduros. Es valiente, y aunque sea políticamente incorrecto no teme tomar posturas abiertas contra alguien. También se atreve a ser travieso en la redacción y a definir el “humor político” del electorado con la frase “más pan ni en el desayuno”.

Las redes sociales aparecieron en 2012 y no podían obviarse en este análisis, el autor nos platica cómo los candidatos establecieron sus estrategias en ellas y nos advierte que “la manipulación de la información en este medio moderno y alternativo puede poner en crisis la equidad y transparencia de las elecciones o la credibilidad de algún candidato” y adelanta que “tendrán mayor fuerza en las próximas elecciones”, afirmaciones con las cuales concuerdo. También hace una correcta interpretación sobre “los seguidores” y los likes que muchos estrategas lucen en sus candidatos; nos muestra que a pesar de que Peña Nieto aventajaba en número, era el candidato perredista quien lograría “mayor interacción de calidad”; eso lo deberían leer y entender los candidatos que contratan bots para inflar sus cuentas, o trolls para atacar a sus adversarios.

Si alguna crítica merece, además de diferir en algunos juicios, es el hecho de no haber analizado y hasta dedicado un capítulo especial al surgimiento, demandas, acciones y errores del #YoSoy132, que en mi opinión es el evento que marcó los 90 días de la campaña; es lo único que movió sustantivamente las preferencias, sacó del aburrimiento a los medios y a los estrategas en lo que parecía una campaña sosa y permitió ver, ahora sí, el potencial de los cuartos de guerra que cada candidato formó. Este movimiento estudiantil cambió el foco de la campaña y apoyó el discurso de López Obrador. Para los historiadores, 2012 será la elección en la que irrumpen las redes sociales y el movimiento #YoSoy132.

Me dio mucho gusto leer algo a lo que todo encuestador aspira: que mis cifras, aunque no me las contrataban, se tomaban en cuenta para el diseño de estrategia del candidato del pri, y por el texto de Luis Costa Bonino, citado en el libro, sé que también en el Partido de la Revolución Democrática (prd). Me gustaría saber si la candidata del pan tomó en cuenta mis encuestas o al menos las de algún colega para diseñar su campaña; tengo la fuerte sospecha de que sí.

Al igual que lo afirmé de su libro Suma de restas, este texto se vuelve importante para recordar y conocer una visión de la campaña de alguien que se ha especializado en estrategias electorales y que desde la reflexión se atreve a desglosarlas; seguramente habrá otros textos con otras visiones y posturas, a veces corroborando y a veces contradiciendo lo que aquí se afirma, pero la lectura de todo ese material es la forma en que un buen investigador se acercará a lo que realmente ocurrió en 2012 y que dio lugar en México a la segunda alternancia.

Roy Campos

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Sobre el autor

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Marcos Bucio es consultor político y presidente de la Fundación Primero México, A.C. Administrador público con especialidad en ciencia política y catedrático en el área de sociología y ciencia política en la unam.

Ha cursado seminarios sobre administración pública en Boston, Massachusetts, y en el Instituto Nacional de Administración Pública. Ha asistido a numerosos seminarios en Estados Unidos y América Latina sobre campañas electorales.

Columnista, articulista político y conferencista invitado por reconocidas instituciones de educación superior sobre Reforma del Estado y el Poder Legislativo en transición de la democracia. Tiene más de 20 años de experiencia en la administración pública. Ha sido director general de los Talleres Gráficos de la Nación, coordinador general de delegaciones de la Sagar, coordinador nacional de Participación Social de la sep, coordinador de Relaciones Institucionales de la cfe, oficial mayor de la Sagarpa y diputado federal por la LVII Legislatura. Ha participado desde 1986 en campañas electorales locales, estatales y presidenciales. En el año 2000 fue secretario particular y vocero del candidato del pri a la Presidencia de la República.

Es autor de los libros Suma de restas. Diferencias estratégicas en las campañas presidenciales de Felipe Calderón Hinojosa y Andrés Manuel López Obrador (2007). Dos visiones para el triunfo. Análisis de estrategias en las campañas de Vicente Fox Quesada y Francisco Labastida Ochoa (2005). Régimen actual y la responsabilidad patrimonial del Estado, publicado por el Instituto Nacional de Administración Pública (1999).

@marcosbucio

buciois@yahoo.com.mx

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Introducción