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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA



Dr. Miguel Ángel Navarro Navarro

Rector General



Dra. Carmen Enedina Rodríguez Armenta

Vicerrector Ejecutivo



Mtro. José Alfredo Peña Ramos

Secretario General



Dr. Aristarco Regalado Pinedo

Rector del Centro Universitario de los Lagos



Dra. Rebeca Vanesa García Corzo

Secretaria Académica



Mtra. Yamile F. Arrieta Rodríguez

Jefa de la Unidad Editorial del Centro Universitario de los Lagos





Primera edición, 2018.



© Miguel Angel Guevara Pérez, María Isabel Pérez Vega
y Marisela Hernández González



ISBN 978-607-547-422-9



D.R. ©
Universidad de Guadalajara



CENTRO UNIVERSITARIO DE LOS LAGOS

Av. Enrique Díaz de León N° 1144, Col. Paseos de la Montaña, C.P. 47460

Lagos de Moreno, Jalisco, México

Teléfono: +52 (474) 742 4314, 742 3678 Fax Ext. 66527

http://www.lagos.udg.mx/



Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes.



Hecho en México /
Made in Mexico

 





A la memoria del doctor Alfredo Feria Velasco,

connotado investigador, enamorado del sistema

nervioso que, gracias a su sorprendente

capacidad y entusiasmo, logró marcar

profunda huella en el desarrollo

de las neurociencias en el

occidente de México.

Agradecimientos





Con motivo del XXI aniversario del Grupo de Bioseñales, los coordinadores del grupo eligieron al prestigiado Centro Universitario de los Lagos de la Universidad de Guadalajara para ofrecer un curso de actualización dirigido a estudiantes y profesionistas interesados en el área de la neurociencia del comportamiento.

Agradecemos infinitamente al Centro Universitario de los Lagos por todas las facilidades proporcionadas para la realización del curso y de manera particular al doctor Aristarco Regalado Pinedo, rector del centro, por su generoso e incondicional apoyo para la edición del presente libro; lo cual hizo posible que se publicara este texto y se rindiera homenaje al finado doctor Alfredo Feria y Velasco, connotado investigador de la Universidad de Guadalajara e ilustre estudioso del sistema nervioso a quien se dedica el presente libro.

Prólogo





Francisco Abelardo Robles Aguirre



El presente volumen es el número 11 de una serie de textos sobre neurociencia que el Grupo de Bioseñales ha preparado. Este grupo se ha constituido por científicos mexicanos provenientes de diversos centros de investigación, tanto de universidades del centro del país como de centros universitarios e institutos ubicados en otras latitudes, como Querétaro, Veracruz, Guadalajara, Morelia, León y aun de regiones poco urbanizadas como Los Altos o el Norte de Jalisco.

Durante más de 20 años, el Grupo de Bioseñales ha realizado un esfuerzo encomiable por publicar textos de neurociencias en español, que permitan a los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura o de posgrado, y en general a todos los interesados en la investigación científica en neurociencias, conocer las bases neuroanatómicas, neurofisiológicas y neuroquímicas; así como las técnicas de registro, análisis y experimentación; presentando los resultados más relevantes sobre distintos tópicos en el área, muchas veces a partir de estudios desarrollados en los laboratorios de los propios autores. Han realizado, además, a lo largo de este tiempo, reuniones y cursos de formación y actualización para acercar a los estudiantes de pregrado y posgrado a la actividad académica, a la investigación, a la ciencia; llevados a cabo en lugares como el Instituto de Neurobiología de la UNAM, la Facultad de Psicología de la Universidad de Guanajuato, pasando por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana, el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Guadalajara y un largo etcétera. En todas las ocasiones, los miembros del grupo han realizado un esfuerzo adicional por distribuir los libros publicados de manera gratuita, no solo entre la comunidad académica a la cual pertenecen (a sus estudiantes, a sus colegas profesores e investigadores), sino también haciéndolos llegar a bibliotecas de facultades, centros de investigación e institutos más allá de sus propios centros de trabajo.

Se puede tener una idea de la dimensión de este esfuerzo de publicación, distribución y acercamiento a la ciencia si se considera que México es un país donde la población en general lee aproximadamente 5.3 libros al año, según la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura 2015, es decir, un promedio de lectura por debajo de otros países como Chile (5.4 libros) y muy por debajo de quienes más leen en el mundo, como Finlandia (47 libros por año).

En este entorno, el presente texto constituye un regalo, la aglutinación de un esfuerzo colectivo que permite contribuir en lo posible, aunque sea modestamente, a ese rescate generacional y cultural que no hemos conseguido superar. El libro que el lector tiene en sus manos ha sido dividido en dos grandes secciones que hacen alusión a la distinción surgida de la revolución cognitiva de mediados del siglo pasado: la cognición y la conducta. De este modo, dentro de la sección reservada para la cognición, Sánchez Gama y colaboradores describen en el primer capítulo una breve historia de la relación del ser humano con la luz (su estudio, sus características), y culmina con una descripción detallada de las bases anatómicas de la percepción visual y los métodos de análisis que utilizan esta habilidad para informarnos de las relaciones complejas entre la cognición y la motivación. En el segundo capítulo, López Vázquez y colaboradores nos transportan desde el ámbito de la luz al del espacio, y nos adentran con un detalle preciosista en las respuestas más avanzadas que tiene la neurociencia para el intrincado problema fundamental de las ciencias cognitivas: el problema mente-cerebro, intentando responder a la pregunta ¿cómo representa nuestro cerebro al espacio? Para el tercer capítulo, Robles Aguirre y colaboradores nos trasladan desde el espacio hacia el movimiento y las relaciones entre este y el habla. La pregunta fundamental que nos plantean es si puede pensarse en una diferenciación clara entre las representaciones que en nuestro cerebro tenemos sobre el significado de las cosas y aquella que poseemos sobre nuestros cuerpos y las herramientas que utilizamos. El cuarto y quinto capítulos nos llevan desde el universo de la acción al ámbito del tiempo. Torres García y colaboradores se preguntan en el capítulo cuarto por la neurofisiología de la memoria, y en particular aquella que nos permite recordar nuestras decisiones y olvidarlas, sin ignorar que somos seres evolucionados y poseemos una relación biológica íntima con otras especies. Bello Medina y colaboradores, por otra parte, nos explican qué hacen aquellas diminutas estructuras de nuestro cerebro que transforman su morfología cada vez que aprendemos algo para evitar que los recuerdos nos rehúyan. Por último, en el capítulo sexto de esta sección, Valdez Jiménez y colaboradores nos informan de las graves consecuencias cognitivas y en la memoria que pueden tenerse a nivel poblacional en diversas regiones del norte y el occidente de México por el inadecuado control en la ingesta de fluoruro en el agua.

Para la siguiente sección, sobre conductas motivadas, Le Moëne y Ågmo, en el séptimo capítulo, nos develan los misterios de la actividad cerebral subyacente al despliegue de conductas durante la interacción sexual en roedores y su comparativo en humanos, desde la atracción inicial hasta la copulación, fundamental para la preservación de las especies. Con una prosa grácil y elegante, describen lo mismo preparaciones experimentales que estados motivacionales y circuitos cerebrales, invitando al lector a realizar un entretenido paseo por la ciencia y demostrando, de paso, que no únicamente los medios audiovisuales tienen la capacidad de mesmerizar a sus audiencias. El capítulo octavo, de Hernández Santiago y colaboradores, nos explica detalladamente la neuroquímica del desarrollo sexual y nos describen los efectos del uso de fármacos para el tratamiento de afecciones del estado de ánimo sobre este desarrollo, desde la espermatogénesis hasta la conducta sexual masculina. En el siguiente capítulo, que lleva por número el nueve, Hidalgo Aguirre y colaboradores pasan revista a otra de las conductas fundamentales para la sobrevivencia de la especie: la conducta materna, desde sus bases cerebrales hasta la diferencias electrofisiológicas entre madres adoptivas y biológicas. En el décimo capítulo, Ramírez Rentería y colaboradores vuelven al eje hipotálamo-hipófisis para intentar explicar uno de los secretos mejor guardados en nuestra biología: el deseo. La química del deseo y los factores ambientales que lo alteran constituyen el nudo gordiano de esta disertación. El décimo primer capítulo, de Cortés Altamirano y colaboradores, pone en el centro de su narración a otro de los más intrincados misterios del problema mente-cerebro: el dolor. Como en una danza con precisión casi matemática, los autores llevan al último extremo todos los recursos de que disponen para exponer la explicación mecanicista última que la ciencia tiene del fenómeno. El décimo segundo capítulo, signado por Cruz Aguilar y colaboradores, nos confronta, en toda amplitud del término, con nuestro origen. Desnuda así la visión científica del ser humano, sin ambages ni evasivas. Si en los capítulos anteriores se han evidenciado abiertamente los inextricables lazos que nos unen con otras especies, en este se destruye toda ilusión en dejar para la metafísica todo aquello que el medievo reservó exclusivamente para la humanidad: los sueños, el uso de herramientas, la imitación, el pensamiento, es posible encontrarlos en otros primates distintos del humano. El último capítulo, que tiene por autores a Pérez Vega y colaboradores, cierra este texto recordándonos la fragilidad de nuestra existencia: cómo la biología de nuestro cuerpo, esa base sólida sobre la que nos desarrollamos y nos permite elevarnos hasta las complejidades de una Mona Lisa o de un Hombre controlando el Universo, puede funcionar de modo distinto a lo que quisiéramos y dejarnos a merced de un deterioro continuo, hasta apagarnos. Puede recordarnos también cómo en esa soledad de la existencia, aquello que junto a nuestra base biológica constituye la posible esencia de nuestra humanidad puede permitirnos, aunque solo sea por algunos momentos, aliviar nuestras afecciones, mejorar nuestra salud: el tejido social. El tejido social, y aquello que hemos construido históricamente, la cultura, representan un legado inagotable de conocimiento, tantas veces ignorado y menospreciado por el cientificismo imperante, facilitado por las enormes disparidades económicas de nuestro planeta.

Enhorabuena.

CONDUCTAS COGNITIVAS