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Universidad de Guadalajara



Dr. Miguel Ángel Navarro Navarro

Rector General



Dra. Carmen Enedina Rodríguez Armenta

Vicerrector Ejecutivo



Mtro. José Alfredo Peña Ramos

Secretario General



Dr. Aristarco Regalado Pinedo

Rector del Centro Universitario de los Lagos



Dra. Rebeca Vanesa García Corzo

Secretaria Académica



Mtra. Yamile F. Arrieta Rodríguez

Jefa de la Unidad Editorial del Centro Universitario de los Lagos





Primera edición, 2018.



© José Manuel González Hernández



ISBN 978-607-547-153-2



D.R. ©
Universidad de Guadalajara

Centro Universitario de los Lagos

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Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes.



Hecho en México /
Made in Mexico

AY





bélicamente reconozco que no sabía de tus lágrimas al darme un golpe en la cara

de lo nupcial de una noche de aquellos viernes tan mascada como el juicio que tuve al borrarme la risa de los dientes



a tientas Dios se derrama y los reptiles tenemos los pechos tan delgados como la contemplación de una ciudad amurallada por lo imperceptible de la estática en el teclado



después de todo se muere y se vive a pausas



la confusión ahora solo es reflejo de un trabajar entre cigarros tan sosegados como la demolición de un edificio en las venas

y después de todo un promocional de pastillas para el dolor de cabeza no remedia las manchas en la túnica

ni las noches en racimos sobre el insomnio



más allá alguien incendiará sus abrazos apagando los tuyos

mientras la sobrenada me desatina en el avance de la torre sobre el alfil

y las moscas me llevan de la mano a comprar más cigarros

 

BY





carroñamente las casas encarnan el simulacro de las divisas en los huevos de una serpiente navegando en el medio día de una palabra tan muda como la pasión que tuve cuando troné tus huesos en la ansiedad de un minuto



polifónicamente las puertas se derrumban



la mejor manera de destruir los cánones es besarte en cualquier calle

coleccionar las nubes que se recuestan en las piedras mientras la noche se envanece en la soledad de un abarcar la patria en un silencio que no ansía nada

enjuiciarme por lo congelado de una calma

dormir en cualquier sitio

escuchar las voces de los niños que se ahogaron al cruzar el río y terminaron enterrados en lo común de una pirámide tan azul como el plan de abrir un sistema de riego

hacer un pozo en las banquetas y tenerlo como pretexto en la transformación del pensamiento

prometer que mañana el sol habrá de salir como todas las veces que acudimos a la contemplación de la escoba en las manos

y el hambre se hacía desolada por los efectos de la memoria



cuál es la diferencia entre tus ojos

y la concepción de una política tan aire como los niños jugando a media calle

CY





socarronamente la tierra se mete entre mis dedos

no me salvan tus palabras y los juicios del gendarme a la vuelta de la esquina

las convocatorias de los partidos políticos

o las llamadas a misa



ídem las horas en un trabajo de almacenista que las mañanas al borde del suicidio



putos los minutos

y putas las veces que me senté a escuchar un discurso tan gastado

como los pensamientos que me asaltan en la nostalgia de un vagón cruzando en la promesa de un rostro lleno de víveres como para el fin del mundo



no me sujeta nada

y aún pienso que tengo algo por hacer

cultivar un poco de marihuana

verte bailar el tubo tubo a las dos de la mañana

llevar a mi hija a la escuela y posiblemente decir basta

quitarme la camisa y mentir sobre el contexto de una carta

sufrir por la devaluación

y después creer que ya no hay corazón para tirarse en la calle

DY





la noche empieza desde tu ausencia en los aparadores



en reversa el reloj forja una mano en el cuello de las tumbas que no he visitado

las piedras que he olvidado en la nostalgia de un rostro para otro tiempo

el temblor de las manos sosteniendo el vaso lleno de mis recuerdos

los gorupientos concurriendo en la espalda para devorarme los gusanos

que he olvidado en el afán de alcanzar mi sombra



correr no funciona

tocar las campanas no funciona



hacen falta las costras en los pies para tener un pretexto y declararse incapacitado

quedarse en casa y sufrir las lágrimas divulgadas a media calle

sostener la mirada del espejo después de haberse pasado toda la noche vertiendo la ciudad en una distancia tan terciopelo entre tus ojos y mis uñas pegadas a la banqueta

invocar el fantasma de Andrea y de plano morir con el pecho tatuándome tu nombre en el bigote



de veras

correr no me funciona

EY





inmóvil la palabra lluvia se retuerce en las ventanas

no significa nada para tus labios



oquedad maloliente los ojos se me escapan al otro lado de tus muslos

me niego a recordarte trasponiendo la ciudad con un grillo en las llantas traseras



con la jornada atorada en la melancolía de un grito dejado en la orilla de un puente

y la suela de mis botas tan gastada de tanto pasar por tu casa

sospecharte con una falda tan blanca como las horas que pasas barriendo

o limpiando los restos del día que se extingue sin vernos a la cara



dónde poner tanto deseo



cómo guardar la vida para otra vida de lluvia tan tostada como una tortilla

columpiándose en la confianza de equiparar las esperanzas

FY





corporalmente el olor de una esperanza me retiene en lo plástico de un envoltorio de carnes

te reconstruye y te aglutina en las voces de los autos sin más límite que las paredes



demasiado patán el silencio te nombra en la ausencia de una calle que se me escapa de los labios

te reserva para otro juicio y los pensamientos de un pese a todo recurrir al mundo para quedarnos tan inmóviles como un pezón en la madrugada



luciérnaga el reloj no avanza

me niego a quedarme sin voz y sin tus gritos a final de la escalera

GY





malteadamente una parvada de tordos pasa por tu calle

escucho sus pasos

sus voces de niños sin sueño

su estancarse en las puertas e indeleblemente mancharme la camisa con tu nombre

en la improvisación del instante de jugar a quedarse sin respiración

sin gemidos

sin adioses y sin suelo



avanzo y me despeño

camino y me ahogo en el lenguaje tan eco de tu expedición a los ojos del volante



surtidamente somos próximos



surtidamente tus frases ventilan la muerte de mis muertos