Agradecimientos

El contenido de este libro se ha inspirado tanto en la sabiduría ancestral como en la investigación moderna. Solo gracias a la paciencia y generosidad de muchas personas a lo largo de miles de años podemos tener acceso a las enseñanzas del mindfulness y la meditación. En el transcurso de los siglos ha habido linajes de practicantes sabios que han transmitido generosamente estas enseñanzas, y por otra parte la creciente atención de los científicos le ha proporcionado al mindfulness una credibilidad seglar que ha permitido que muchas más personas accedan a sus beneficios. Nos gustaría darles las gracias a todos.

Especialmente nos gustaría mostrar nuestro agradecimiento a aquellas personas que nos han ofrecido generosamente su conocimiento y su tiempo durante la preparación de este libro: Mark Williams, Sara Lazar, Alan Wallace, Paramabandhu Groves y Michael Chaskalson. También han resultado valiosísimos nuestros casos prácticos de estudio, que nos han permitido compartir su experiencia sobre la práctica del mindfulness; esperamos que sus historias sean tan inspiradoras para ti como lo son para nosotros. Nuestra admiración y gratitud hacia Jon Kabat-Zinn por su trabajo fundamental a la hora de crear, enseñar, investigar y promover la reducción del estrés basada en el mindfulness, y hacia todos aquellos que continúan con la tarea de encontrar métodos aún mejores para llevar el mindfulness al mundo.

Los dos hemos sido muy afortunados por habernos encontrado con las enseñanzas de Chögyam Trungpa Rinpoche y Sakyong Mipham Rinpoche, junto con las de muchos otros maestros auténticos de la tradición budista Shambhala, cuya sabiduría y generosidad nos han ofrecido un camino para la investigación en el cual seguimos transitando a trompicones.

Gracias también al maravilloso equipo de Hay House UK, que respondió de forma tan favorable a nuestra idea de escribir este libro y nos ayudó a caminar a lo largo de su publicación. Nos gustaría dar las gracias especialmente a nuestra editora, Carolyn Thorne, que fue una presencia inalterable y alentadora cada vez que vacilábamos o nos desanimábamos; a nuestra correctora, Barbara Vesey, que refinó nuestras palabras; a Joanna Lincoln, por hacer que llegaran a ser impresas; a Jessica Crocket, Jo Burgess, Jo Lal y Nicola Fletcher por todos los esfuerzos que hacen para promocionar el libro; a la directora, Michelle Pilley, porque creyó en él; y a la asistente editorial Amy Kiberd, por su gran apoyo. También nos gustaría dar las gracias a todo el equipo de Hay House en los Estados Unidos que trabajó con nosotros en la segunda edición de este libro, en particular a Patty Gift, por su entusiasmo y su compromiso de publicar el libro para los lectores norteamericanos, y a Sally Mason, por su trabajo cuidadoso con el manuscrito.

Ed: Me siento profundamente agradecido a todas aquellas personas que me habéis ayudado en este viaje de mindfulness en el que me encuentro; sois muchas más de las que el espacio me permite mencionar. Mis principales instructores de meditación, Tom Dillon, Yves Bret y Caroline Helm, han sido pacientes, audaces, amables e infinitamente alentadores: gracias de corazón a todos vosotros. También me gustaría dar las gracias a todos aquellos que viven, trabajan y practican en el centro de retiro Dechen Chöling, de Francia, donde pasé un año en 2006 profundizando en la meditación. Gracias también a todas las personas del Shambhala Meditation Centre de Londres, que me ofrecieron un lugar de refugio e inspiración en un momento en que lo estaba buscando desesperadamente.

Gratitud y amor para mis padres, Jill e Ivor Halliwell, que fueron claves para alimentar mi temprana vida espiritual y que siempre me han ofrecido su apoyo sin juzgarme, a pesar de todos los errores que he cometido a lo largo de los años. Gracias y cariño también para Rex Bradley, que me ofreció una orientación sabia en los últimos tiempos, junto con una presencia constante, amable y afable que me enseñó mucho acerca del mindfulness. Mis hermanos Nick, Julian y Jeremy, así como mis buenos amigos James Lowen y Will Fuller, también me han brindado a lo largo de los años ayuda tanto en los momentos buenos como en los malos, y les estoy muy agradecido por ello.

Gracias a mi agente, Steph Ebdon, que me ha ofrecido, y continúa ofreciéndome, muy buenos consejos sobre la planificación y el desarrollo de este libro. Gracias también a todos en la Fundación para la Salud Mental por responder de forma tan positiva a la sugerencia de realizar un informe de investigación sobre el mindfulness y por permitirme amablemente reproducir aquí algunos de los casos de estudio utilizados en este informe, y gracias a Dylan Schlosberg por hacer posible este proyecto. Mi agradecimiento también para David Shariatmadari y Andrew Brown por permitirme escribir sobre meditación y budismo en The Guardian, lo cual me habilitó para ampliar mi carrera periodística hacia los campos que más me interesan.

También me siento agradecido a todos los que me han ayudado a desarrollarme como profesor de mindfulness: a Cindy Cooper, Karunavira, Rebecca Crane, Pamela Erdmann, Jody Mardula, Michael Chaskalson y el resto de los expertos entrenadores y trabajadores del Bangor University Centre for Mindfulness Research and Practice; a Tessa Watt y Debbie Johnson, de Being Mindful, por mostrarme el camino y animarme a enseñar junto a ellos; y a Morgwn Rimel, Caroline Brimmer y los colegas de la School of Life por ofrecerme otro lugar en el que enseñar. Gracias especiales a toda la gente de Shambhala por los años de conocimiento, prácticas y apoyo en el camino, sin los cuales nada de esto sería posible. Y, por supuesto, gracias a todos los que han participado en cualquiera de los cursos que he dirigido o en los que he colaborado; vuestra dedicación, apertura y deseo de practicar continúa siendo para mí una fuente de inspiración y de aprendizaje.

Por último, me gustaría dar las gracias a mi maravillosa mujer, Victoria, por poseer la milagrosa característica, propia del mindfulness, de soportarme y animarme durante el proceso de escritura (no solo una, sino dos veces; ¡la segunda, además, cuando estaba embarazada!), así como por tener la inspiración, valentía y constancia para establecer Mindfulness Sussex y en general por ser la persona más increíble, guapa, asentada y cariñosa que jamás podría haber esperado tener como pareja. Muchísimo cariño y agradecimiento también para nuestro hijo, Arthur, que ya es un maestro en hacer que vuelva a prestar atención, así como por enriquecer nuestras vidas de formas que jamás habría imaginado. Mi contribución en este libro está dedicada a ellos de todo corazón.

Jonty: Estoy en deuda con todas aquellas personas que me han animado y enseñado a lo largo de los últimos treinta y ocho años. Su generosidad y amabilidad me han permitido no solo beneficiarme de su comprensión y perspicacia sino también depositar más confianza en mi propia sabiduría inherente, ¡de modo que he sido capaz de creer que tengo algo interesante que decir! En especial me gustaría dar las gracias a aquellas personas que, evitando la crítica, me han hecho alzar la mirada y ampliar mi horizonte, permitiéndome vislumbrar lo que significan realmente palabras como ayudar, cuidar y curar, más allá de los estrechos confines de un modelo de salud y enfermedad puramente biológico. Mientras estaba en la facultad de medicina tuve la suerte de conocer a Eric Shepherd y Simon Read, que son los responsables de que empezara este proceso de exploración. Posteriormente, cuando empecé la formación para ser médico de familia, conté con el ejemplo de personas como David Poole, Roger Higgs, Annalee Curran y Tina Buchannan, los cuales siguen inspirándome hoy en día para ser, como médico, lo mejor que puedo.

Estoy en deuda con Jim O’Neill y Peter Conradi, cuyo amor y orientación han transformado las vidas de buena parte de las personas a las que han enseñado; la mía es solo una más entre todas ellas. ¡Y con Julien Díaz por recordarme que también cuide de mi cuerpo de vez en cuando!

También debo mucho a mis colegas y a todos los que trabajan en Manor Place Surgery. Ellos saben lo que significa cuidar de forma auténtica y profunda a los pacientes de los que se ocupan. Me siento afortunado por ser parte del equipo, y les agradezco la estabilidad y el apoyo que me han ofrecido. Eso es lo que me ha permitido diversificarme en tantas direcciones diferentes en los últimos años, con la certeza de que si en alguna ocasión pierdo el rumbo de lo que es importante estarán allí para que me vuelva a concentrar en lo que realmente importa. Y, por supuesto, igualmente significativos en este proceso son los muchos pacientes que han trabajado y continúan trabajando junto a mí cuidando sus corazones, mentes y cuerpos, y de los que he aprendido tanto. Ayudar siempre es un camino de doble sentido, y la generosidad de mis pacientes al compartir su dolor es un regalo, no una carga; me ofrecen una inspiración y un apoyo sin los cuales mi vida sería realmente pobre.

La parte que me corresponde de este libro no habría sido posible sin el cariño y el apoyo de mis amigos y mi familia, que han aceptado mi preocupación constante en el proceso de escribirlo y han llegado a comprender muy bien que, en lo que se refiere a tener mindfulness, la teoría no siempre se traduce en la práctica. No obstante, su contribución va, por supuesto, mucho más allá del hecho de ser meros espectadores. Quiero dar las gracias a mis padres, Frank y Rosemary, por todo su cariño y apoyo a lo largo de mi vida; los sacrificios que han hecho para que pudiera disponer de las oportunidades que he tenido me hacen sentirme realmente humilde y son una gran inspiración para mí.

Y, finalmente, mi amor y agradecimiento a mi pareja, Tye, que a pesar de haber estado a miles de kilómetros de distancia durante gran parte del tiempo que he estado escribiendo este libro ha pasado muchas horas en llamadas de distancia transatlántica calmándome y animándome. Sin su presencia mi mundo sería un lugar mucho menos inspirador.

Prólogo

Llegará un momento en el que todos los secretos saldrán a la luz. Por mucho que intentemos ocultarlos, se revelarán, se harán manifiestos. Durante siglos, las principales prácticas de la meditación mindfulness[1] han permanecido bastante ocultas. Para encontrar un maestro que te ayudara a realizar el trabajo interior de esta meditación, había que viajar muy lejos, especialmente a Asia.

En los años sesenta, cuando se empezaron a enseñar en Occidente algunas formas de meditación y concentración, se produjo cierto entusiasmo. Los científicos occidentales estaban intrigados: ¿qué efectos psicológicos y fisiológicos tenían esas prácticas? Se utilizaron los nuevos instrumentos científicos de la época para medir reacciones corporales tales como el pulso o las más mínimas fluctuaciones de la transpiración. Demostraron que esas meditaciones eran tan efectivas para calmar la mente y el cuerpo, y también para producir estados de bienestar, como las técnicas de relajación profunda.

Pero todo se quedó ahí. Dado que los procedimientos ya aceptados que se utilizaban comúnmente en Occidente eran igualmente efectivos, cualquier «extra» sobre la meditación se consideraba innecesario. ¿Para qué recitar mantras si se podían obtener efectos idénticos sin ellos? La meditación como «técnica» para reducir el estrés se limitó a una actividad minoritaria dentro de la ciencia, practicada por un grupo relativamente pequeño de destacados científicos.

Posteriormente, algo cambió. Dado que todavía estamos viviendo los efectos de ese cambio, no sabemos con certeza qué es lo que ocurrió realmente, pero es muy posible que la dispersión de los monjes tibetanos y vietnamitas producida en la segunda mitad del siglo XX constituyese uno de los motivos. Occidente se había preparado para ello de varias maneras, desde el interés que despertaba el zen –una importante influencia cultural en los Estados Unidos a partir de 1950– hasta la influencia de aquellos occidentales que viajaron a Asia (especialmente a Tailandia y Birmania) y volvieron con nuevas ideas, lo que denominaron meditación perceptiva (o mindfulness).

La meditación mindfulness no solo hace hincapié en llevar la atención una y otra vez a un único punto, sino que nos invita a combinar este ejercicio con una conciencia receptiva y abierta que, si se cultiva, puede ofrecer una sensación directa de lo que surge a cada momento en el mundo exterior e interior. También ofrece una manera de responder a estos sucesos y a nuestras reacciones a ellos: con una cálida compasión.

Poco a poco el mensaje se hizo más claro: no tenemos que «librarnos» de nuestro estrés, cansancio y tristeza, sino reconocer claramente sus patrones y enfrentarnos a ellos con una curiosidad abierta y amistosa. Esta reacción es muy diferente a la que tenemos habitualmente, ya que por regla general, cuando algo no nos gusta, reaccionamos o bien evitándolo o bien preocupándonos. No nos han enseñado otra forma de enfrentarnos a nuestra angustia, y debido a ello no nos damos cuenta de que nuestra tendencia a evitarla o a preocuparnos por ella empeora la situación: el cansancio momentáneo se convierte en agotamiento; el miedo transitorio, en preocupación permanente, y la tristeza pasajera en infelicidad y depresión crónica. De modo que no somos culpables de terminar agotados, ansiosos o deprimidos. Únicamente nos han dado una herramienta para tratar con aquello que no nos gusta: librarnos de ello, esforzarnos más, ser mejores, incluso perfectos; y si no conseguimos hacer que las cosas sean de otra manera, nosotros mismos llegamos fácilmente a la conclusión de que hemos fracasado como personas. Esta es una receta para un mundo turbulento. Tal como afirmó Jon Kabat-Zinn, necesitamos, literal y metafóricamente, entrar en razón.

Lo que parece estar cambiando últimamente es que se está adoptando esta nueva forma de comprensión, el camino del mindfulness. Empezamos a ver con más claridad el origen de buena parte de nuestro sufrimiento, cómo nuestras propias reacciones pueden agravar nuestra angustia y cuál es el camino que nos puede liberar. Estamos volviendo a algunos de los textos budistas originales, y, lo que es más importante, a las prácticas que se han transmitido a lo largo de veinticinco siglos. En algunos estudios científicos recientes se ha descubierto que estas prácticas, enseñadas en un contexto secular, liberan del estrés, la ansiedad y la infelicidad de formas que parecen ir más allá de los resultados habituales de los tratamientos psicológicos existentes. Estos estudios revelan que el mindfulness no solo reduce el estado de ánimo negativo y previene futuros episodios de depresión clínica sino que también aumenta el bienestar y la calidad de vida, incluso en las circunstancias más trágicas, al permitir que se dejen de evitar los problemas y de preocuparse, y a cambio se cultive la autocompasión.

Se trata de una antigua sabiduría oriental. Sin embargo, para Occidente es un descubrimiento nuevo y conlleva todos los retos que surgen cuando se «obtiene algo nuevo». Por ello, hay algo que podemos afirmar con seguridad: se está revelando algo que estaba oculto. Ahora podemos tomarlo y sostenerlo con las manos...

Es maravilloso que Jonty Heaversedge y Ed Halliwell hayan escrito este libro para ofrecer de forma desinteresada su propia experiencia y compartir las inmensas posibilidades que surgen al entrenar la mente y el cuerpo para hacer menos y percibir más. Es tanto una afirmación del potencial oculto en todos nosotros como una llamada a la acción para desarrollar ese potencial. En el caso del mindfulness, esta llamada a la acción consiste en vivir la vida, a cada momento, como si realmente importara.


MARK WILLIAMS,

catedrático de la Universidad de Oxford,

autor de The Mindful Way through Depression


[1] En ocasiones, el término «mindfulness» se traduce en español como «atención plena o atención total».

Prefacio

La meditación ya no es una actividad marginal practicada por unos cuantos individuos espirituales o de la Nueva Era; es un planteamiento del bienestar ampliamente acreditado y basado en pruebas. El interés en la materia ha crecido exponencialmente: en los últimos años se ha producido una explosión de artículos académicos, que han alimentado una mayor cobertura informativa, así como un gran aumento del número de clínicas y centros de salud que enseñan mindfulness a sus pacientes. La técnica de la meditación también se ofrece en colegios, lugares de trabajo y otros espacios comunitarios. Cada vez hay más personas que se cuestionan el culto a la velocidad que domina nuestra sociedad y que buscan formas de vivir más satisfactorias. Parece que el mindfulness podría ser la base para cumplir esas aspiraciones.

Nuestra intención al escribir este libro es ofreceros una amplia introducción al mindfulness y ayudaros a llevar la práctica a vuestras vidas y a vuestro mundo. Exploraremos sus antiguas raíces, así como la creciente evidencia científica del papel que desempeña a la hora de optimizar la salud y el bienestar. Compartiremos contigo casos de personas que se han beneficiado al aprender la práctica de la meditación y te enseñaremos cómo empezar a explorar el camino del mindfulness por ti mismo. Al fundir la antigua sabiduría con la psicología, la inmunología y la neurociencia moderna, lo seglar con lo espiritual, lo empírico con lo experimental, hemos intentado proporcionar la mayor ayuda posible al mayor número de personas. Esperamos que este planteamiento te resulte atractivo y desafiante, y que te anime a seguir investigando.

El mindfulness es un modo de ser simple, práctico y profundo que está abierto a cualquiera que desee practicarlo. Por lo tanto, este no es un libro religioso y no pretende suplantar a ninguna fe (o ausencia de fe) con la que conectes. Sin embargo, es importante ofrecer ciertas nociones del origen de esta práctica, que hunde sus raíces en el budismo, dado que surgió de esta tradición hace mucho tiempo, a pesar de que ahora se presenta y valida en un contexto científico y moderno.

Estamos todavía empezando a descubrir cómo el mindfulness nos puede ayudar a que nuestra vida sea más feliz, más compasiva y llena de sentido. Además de ayudarnos a tratar problemas de salud, a abandonar esos comportamientos que no nos benefician y a relacionarnos de forma más profunda y más compasiva con nuestro entorno laboral, familia y amigos, creemos que es la base para conocer y desarrollar nuestro potencial innato como seres humanos. Por lo tanto, este libro no está dirigido solo a aquellos que estén atravesando por una «enfermedad» o por un momento difícil, sino a cualquiera que desee ser más feliz, estar más sano y vivir en un mundo más sabio, pacífico y compasivo.


ED HALLIWELL Y JONTY HEAVERSEDGE