Sobre los autores

CARLOS ESPINOSA MANSO (ESPAÑA)

Maestro, diplomado en Filosofía y Psicología, doctor en Ciencias de la Educación, formador de formadores e Inspector de Educación en ejercicio.

WALTER MAVERINO (URUGUAY)

Escritor, consultor en desarrollo humano, organizacional y social, coordinador del Programa Literario Transformación 21, y fundador de la UMCIT.

NOEMI PAYMAL (BOLIVIA/FRANCIA)

Antropóloga, investigadora, autora, asesora y coach en temas pedagógicos alternativos y de desarrollo personal para el tercer milenio. Es creadora de Pedagooogía 3000™, vicepresidenta de emAne, el enlace mundial para una nueva educación, y presidenta de la Asociación 3000.


Si este libro le ha interesado y desea que lo mantengamos informado de nuestras publicaciones, escríbanos indicándonos cuáles son los temas de su interés (Astrología, Autoayuda, Esoterismo, Qigong, Naturismo, Espiritualidad, Terapias Energéticas, Psicología práctica, Tradición…) y gustosamente lo complaceremos.

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Diseño de portada: Editorial Sirio S.A.

Composición ePub por Editorial Sirio S.A.

Prólogo a la primera edición

Desde mi más sincera humildad, y ajeno totalmente a la obra que presento, puedo asegurarte, querido lector, que tienes en tus manos un libro riquísimo en contenido educativo, fruto de un gran esfuerzo de documentación compartida, que logra transmitir eficazmente las nuevas realidades y necesidades educativas infantiles y juveniles, urgentes desde un enfoque novedoso y esperanzador.

Ello convierte a esta obra en un manual o guía educativa de primera importancia, por la puesta en escena de su escala de valores, equilibrada, éticamente elevada y basada en el amor, que debería servirnos de ejemplo para proyectar las orientaciones aquí vertidas en nosotros mismos, en nuestros hijos y en nuestros alumnos.

Lo que nos une a los niños y jóvenes del tercer milenio es una «nueva visión del mundo», más sensible, empática e integradora, rebelde con los patrones establecidos y deseosa de superar toda barrera que nos divida. Sentimos que nada es insuperable para el amor. Apoyamos metas comunes y somos afines a aquellas personas que comparten nuestros ideales y propósitos en la vida.

Sabemos que manifestar la voluntad interna de nuestro espíritu para emprender algo, si se trata de un propósito positivo y altruista, revertirá en el bien de todos, y nos aportará crecimiento y regocijo interior. Nos sentiremos realizados conforme al plan evolutivo global y, obrando libremente en la onda o frecuencia del Amor, aportaremos lo mejor de nosotros mismos a la creación y a nuestros semejantes.

Todos nosotros escogimos el tipo de actividad que venimos a encarnar aquí personal y voluntariamente conforme a la meta que nos propusimos alcanzar, antes de nacer.

Hemos llegado con una sensibilidad especial que nos facilita acceder a nuestro programa de vida y descubrir para qué hemos nacido, lo que representa una alta garantía de que podamos cumplir con nuestras misiones de amor.

Me pregunto por qué está ocurriendo lo que se muestra en este libro, por qué los nuevos niños vienen con ciertas cualidades especiales, por qué se está produciendo este despertar de conciencia en las recientes generaciones, en muchos de nosotros.

Leer este libro ha supuesto para mí una sorpresa tras otra. Me he sentido identificado con muchos ejemplos y anécdotas de estos niños y niñas, pues me han hecho corroborar y «revivir» vivencias similares de mi infancia. Me costaba prestar atención en clase, y además solía ser más excéntrico e imaginativo que los demás niños. Incluso en alguna ocasión llegaron a confundir mi timidez con autismo.

En este libro se afirma que los niños del tercer milenio usan más la inteligencia trascendente y que les resulta más cercana a su propio modo de percibir y de sentir. Me ha sorprendido lo escrito por un niño pionero, Flavio, a sus solo seis u ocho años... hablando con gran sabiduría de lo que a él le llegaba:


La humanidad está cambiando. La conexión con lo espiritual está más abierta. Todos los niños pueden ahora mantenerse unidos a su esencia. Como es un planeta tan denso, no funciona bien la telepatía, la transmisión directa por ondas mentales. Por eso existe la mentira. La comunicación se hace con sonidos que salen del cuerpo por un agujero (boca) debido al aire que mueve las cuerdas vocales. Encima en distintos lugares se hacen sonidos diferentes para decir lo mismo. ¡Qué complicado!


Me ha maravillado comprobar la voluntad universalista de este libro, pues reivindica «EDUCAR EN EL DESPERTAR DE UNA SOCIEDAD-MUNDO» integrada por ciudadanos conscientes, activos, críticos y comprometidos en la construcción de una civilización planetaria, haciendo hincapié en la necesidad de buscar nuevos métodos para abrirnos a una metodología de ENSEÑANZA MÁS FRATERNAL, UNIDA Y HOLÍSTICA QUE NUNCA.

Esta integración deberá darse en un pronto futuro como un «salto en la conciencia del ser humano en la Tierra». Se trata, sin duda, de aunar CIENCIA, FILOSOFÍA Y ESPIRITUALIDAD en una única e integrada cosmovisión.

Esto constituye, por supuesto, una gran tarea pendiente de la educación, que actualmente ofrece una formación totalmente parcializada y centrada en el empirismo como metodología y la ciencia como cuna y fuente de «todo el saber».

Este es el grave error cometido por un sistema que pretende abarcar y explicar toda la cosmovisión. Existen otras dos vías para llegar a la sapiencia: filosofía y espiritualidad. Lo ideal sería integrar estas tres vías. Los niños, el legado presente y futuro de nuestra sociedad, deberán formarse a partes iguales en esas tres áreas del saber, integrando una educación científica, filosófica y espiritual (la ética y la moral pasarían a formar parte del aprendizaje espiritual).

Los niños actuales se comportan de una forma diferente, pues su vibración también lo es. Este libro es una guía para poder conocerlos mejor y ofrece consejos sobre cómo enfocar su educación.

Ojalá lo disfrutéis y os sirva de faro para remover los cimientos del estancado sistema educativo, tan anclado en los viejos esquemas.

Estos nuevos niños y jóvenes ya saben que el AMOR es la inteligencia que nos conecta con la gran sabiduría del universo.

MIGUEL PINEDA GUERRERO,
joven filósofo y ufólogo de Málaga

Prólogo a la segunda edición

Breve ha sido el lapso de tiempo transcurrido entre la primera edición y esta segunda que ahora presentamos. El libro ha sido muy bien acogido por el público al que preferentemente iba dirigido: padres y madres interesados por la calidad de la educación de sus hijos, profesores con ganas de afrontar los retos de las nuevas generaciones de alumnos que se presentan en sus aulas, profesionales de la orientación, coach y educadores en general.

Para todos ellos, según nos atestiguan, esta obra ha sido una fuente de inspiración a la hora de tomar decisiones prácticas sobre cómo educar a las actuales generaciones de niños, además de otorgarles una guía en su pensamiento pedagógico que los encamine hacia una acción acertada en su tarea como educadores.

Consideramos que el objetivo principal del libro –ofrecer una visión general de cómo son los niños y jóvenes actuales, cuáles son los cambios que demandan en la labor educadora y qué métodos o herramientas biointeligentes son los más apropiados para su educación–, ha sido ampliamente logrado.

Las ideas básicas mostradas aquí, las propuestas educativas y la visión de una nueva educación han generado numerosos debates, charlas, congresos, medios audiovisuales, etc. Sobresalen los encuentros o congresos celebrados en Málaga, Barcelona, Madrid, Aracena, Sevilla, Valencia, Santiago de Compostela y otros núcleos de población, donde su urgente y claro mensaje se ha transmitido con notable éxito y asistencia de público.

A nivel internacional, y con propuestas similares, han surgido iniciativas muy ambiciosas e interesantes, como Pedagooogía 3000®,  que propone reunir y potencializar lo mejor de las metodologías, procedimientos y técnicas pedagógicas pasadas –incluyendo las ancestrales–, las de ahora y las que están en formación, y emAne, un colectivo de enlaces para el intercambio, promoción y difusión permanente de estrategias e implementaciones pedagógicas holísticas que contribuyen al desarrollo integral del Ser, de la sociedad y del planeta. De ellas os hablamos más detenidamente en la última parte.

Son pocos los cambios que hemos introducido respecto a la primera edición, dado que no se han producido grandes avances en los temas abordados.

Los planteamientos y postulados que demanda la nueva educación, y que se recogen amplia y detenidamente en este libro, están dando origen a una importante corriente pedagógica bajo el paraguas de lo que se denomina Educación Holística, educación que se enfoca prioritariamente en el florecimiento del Ser, en la evolución de las personas en todos los componentes que la conforman: físico, emocional, mental y espiritual. Ello supone, a largo plazo, una auténtica «r-evolución» en los campos educativos, sean familiares, profesionales o de enseñanza.

Nuestro deseo es que el espíritu de cambio hacia una educación de mayor calidad humana, hacia una educación que ilusione, que lleve la felicidad a los individuos y a las instituciones, pueda plasmarse en la vida de cada uno y en la de todas las comunidades, para establecer una educación de paz universal y planetaria.

LOS AUTORES

PARTE 1

¿SE ESTÁ PERFILANDO UN
NUEVO SER HUMANO?

1

CAMBIOS SORPRENDENTES EN LOS NIÑOS Y JÓVENES DE HOY

Este es el suceso más importante en los tiempos actuales

Muchos se preguntan: ¿qué está ocurriendo con los niños y niñas de hoy? ¿Estamos presenciando un simple desfase generacional o algo más está sucediendo? ¿Por qué nacen al mismo tiempo niños tan diferentes en su conducta y en su modo de ser, en todos los países del mundo, en todos los sectores socio-económicos, en todas las culturas? ¿Por qué su modo de aprendizaje es tan distinto? ¿Por qué tanta desmotivación en los adolescentes? ¿Qué significan estos cambios para la futura sociedad? ¿Qué implica todo esto para los adultos? ¿Por qué senderos está atravesando la humanidad en su conjunto? ¿Nos hallamos en el umbral de uno de esos famosos saltos cuánticos que da la Tierra cíclicamente?

Cualesquiera sean las razones, las nuevas pautas de ser y de comportamiento de los niños y jóvenes apelan a un giro trascendental de la educación y la salud del tercer milenio. Corresponde a cada uno de nosotros apropiarse de los nuevos conceptos de cambio de era, tanto de ser como de actuar. Nos toca vivir, en lo más íntimo de nuestro ser, el entendimiento y los valores que nos permitan reconducir nuestra propia vida, así como reorientar el proceso de aprendizaje-enseñanza en la formación de los niños y jóvenes, tanto en el hogar como en el aula y la vida en sociedad.

El profesor húngaro George Kühlewind percibió estos cambios con mucha lucidez y escribió en 2001:

Desde hace unos veinte años nacen más y más niños que, en su ser y su comportamiento, se apartan de aquellos a los que están acostumbrados padres y pedagogos. Una nueva generación de almas entra a la Tierra [...], niños que traen una gran madurez, que están descontentos con el mundo de los adultos y que, con un poderoso impulso espiritual, quieren transformar este mundo. Este es el suceso más importante en los tiempos actuales (Kühlewind, 2003: 9).

¿Qué está ocurriendo con los niños y jóvenes de hoy?

Los profesores comentan:

Son más traviesos, ya no hacen caso. Hace solo diez años, todavía nos obedecían. Los niños de hoy son afectuosos, brillantes, pero su comportamiento y modo de aprender son muy diferentes. No sabemos cómo manejarlos. ¡Además, no se quedan sentados en sus sillas más de cinco minutos!

Y los padres añaden:

En la casa, es lo mismo. A mi hijo lo veo más precoz en todos los sentidos, más maduro. Pronuncia con claridad palabras a los ocho meses y compone frases enteras a los catorce. Come poco, duerme poco. ¡Y tiene más energía que nosotros mismos, los adultos! Muchas veces no sabemos qué hacer. ¡Se nos acaba la paciencia!

Los pediatras mencionan también que los niños de hoy poseen un metabolismo diferente e incluso apuntan a procesos inmunitarios nuevos. Algunos médicos obstetras se asombran del nivel de alerta que presentan los bebés al venir al mundo:

Nacen con los ojos completamente abiertos, lo miran todo. Me miran a mí, como cuestionándome. También tienen un contacto visual muy fuerte con su madre desde los primeros instantes de vida. Algunas hablan de contactos telepáticos con ellos, incluso antes de nacer. ¡Estamos asombrados! ¡Parece que somos testigos de un salto evolutivo de la humanidad!

Desde hace un par de décadas, el mundo entero ha presenciado la llegada de oleadas y oleadas de niños cuyas características son muy diferentes de las generaciones anteriores.

Obviamente, era previsible que se produjeran rápidos cambios en la generación entrante, debido al alto nivel de estímulos que estos seres reciben constantemente –prenatales incluso– gracias a los avances cada vez más acelerados de la tecnología punta.

Pero lo que llama especialmente la atención es la extrema velocidad de los cambios y su naturaleza. Las características de los niños actuales no son solamente sus altas capacidades cognitivas, sino también su amplia percepción en todos los ámbitos, su agudo nivel de empatía y su sorprendente apertura psíquica y espiritual. Esas cualidades se manifiestan con tal rapidez generacional que rebasan a menudo la capacidad de «educar» de los mismos padres o docentes, lo que explica la aguda crisis de la educación actual.

«Mis nietos me asombran»

Deseamos compartir el siguiente testimonio desde Argentina:

Soy una abuela argentina, de cincuenta y seis años, maestra jubilada hace cuatro. La experiencia que quiero comentaros la vivo con mis nietos, a los que tengo el tiempo suficiente para poder escucharlos y compartir con ellos muchos momentos: Johanna, de diez años, por ejemplo, es una niña diferente. Selecciona muy bien sus alimentos: elige frutas y verduras, no ingiere leche, ni alimentos muy elaborados. Adora el marisco y también el chocolate, que come con moderación. Lo más destacable es su preocupación por el planeta y por los animales. Un ejemplo de ello es que prefirió quedarse sin sus vacaciones de invierno para poder cuidar a su gata enferma, a la que le daba leche con una jeringa cada dos horas. Quiere ser veterinaria voluntaria, dice, para ocuparse de los animales cuyos dueños no puedan permitirse pagar un veterinario. Ha intervenido en las Olimpiadas Matemáticas, en las que ha llegado al tercer nivel, pero no quiere aprender las tablas de multiplicar y las odia, porque asegura que son aburridas y que ella obtiene los resultados de otra manera. Resuelve los problemas con una facilidad pasmosa que asombra a sus maestros.

Ainara, de ocho años, ha visto dos veces a su bisabuela, mi madre, y una vez a mi padre. Los describe con gran detalle y nos comenta que no le hablan con la boca, que lo hacen dentro de su cabeza. Nos hace estremecer, pues nos indica dónde y cómo están. Cuando se le aparece mi madre, dice que no tiene pies y la describe con un camisón con el que siempre soñó y que nunca tuvo. Ambos le dicen que están bien, que no los lloren, que están junto a nosotros. Un día me atreví a pedirle a mi nieta que les contara que mi hijo que vive en México iba a tener un niño. Inmediatamente, con una sonrisa pícara, me contestó:

—Dice la Yaya que ya lo saben, porque también están con él.

Se pasa horas delante del ordenador. En los juegos de atención y de inteligencia supera a los adultos de la casa.

Ulises, mi otro nieto, de cuatro años, se sienta ante el ordenador y hace maravillas con sus juegos y con la enciclopedia. Se pasa horas viendo imágenes de animales y del planeta con los vídeos de Discovery.

Lo que nos dicen los médicos y psicólogos

Doctor Víctor Jiménez, Pediatra:

En lactantes y niños pequeños observamos una mayor rapidez en el aprendizaje, especialmente en el psicomotor grueso. El 20% de los niños logra de cinco a seis puntos más de lo esperado. Por ejemplo, se sientan a los cuatro meses, en lugar de los cinco o seis, se dan la vuelta más temprano y caminan con apoyo a los seis u ocho meses, y no como antes, a los diez. Igual sucede con el lenguaje.

Doctora Lilian Toledo Jaldín, ginecóloga y obstetra:

Observo desde mi especialidad que los bebés de hoy, en caso de parto sin complicaciones, están más alerta. Lo miran todo y tienen las manos abiertas. El nivel psicomotriz está más adelantado. Es obvio que el ser humano está evolucionando, ¡como todo!

Doctor Gonzalo Córdova, pediatra:

Hace quince años que trabajo con niños y sí observo muchas diferencias en los bebés y niños de hoy. Los recién nacidos tienen un buen peso, incluso si su madre está desnutrida. En general, nacen saludables y lo que me llama la atención es que a los minutos de nacer reaccionan fácilmente a los estímulos. Antes estaban somnolientos y era difícil despertarlos. Ahora son más despiertos y reactivos. Lo notamos cuando los secamos, limpiamos o cambiamos de ropa. Hace diez años, nacían con los ojos cerrados y permanecían así dos o tres días. A veces semanas. Ahora nacen con los ojos abiertos y presentan una mirada fija, que antes solo tenían a los dos o tres meses.

Examinamos a los niños y vemos que:

  • Físicamente son saludables, no encontramos ninguna enfermedad orgánica.
  • Son inquietos, aunque observamos una contradicción, porque en realidad son participativos, colaboradores y tranquilos en el sentido que no son niños destructores, rebeldes o malcriados. Los niños de ahora, más bien, van mirándolo todo, tocando, observando, palpando, suben y bajan, pero no son en absoluto destructivos.
  • A pesar de que en general comen poco, su peso está dentro de lo adecuado para su edad. Las madres se sorprenden: «¡Pero si no comen! Y les explicamos que el alimento no es lo único que los nutre, sino también el afecto y el cariño.
  • Con la carne son selectivos. Prefieren las frutas, el pan o las galletas a la carne. No les gusta la de res; se inclinan más por el pollo y el pescado.
  • Otra característica: su memoria es espléndida. Tienen mucha facilidad de retención, pero a veces los adultos creemos que no es así e incluso les «adjudicamos» un trastorno de déficit de atención.
  • Su patrón de sueño también ha cambiado. Antes, los lactantes y niños pequeños dormían de doce a catorce horas por la noche, además de entre una y dos por la mañana, y de una a tres por la tarde. Los de ahora duermen casi con el mismo biorritmo que los adultos, es decir, entre seis y diez horas.
  • Para mí estaríamos hablando de un tipo de metabolismo diferente. Sin contar con que su sistema inmunitario es también distinto. Las enfermedades «clásicas» infantiles ya no se dan como antes.
  • Lo que llama también la atención es su gran madurez. Los abuelos dicen que sus nietos «parecen viejecitos. Nos hablan como si fueran personas mayores». A veces estos niños, con solo una palabra, una mirada, nos pueden dar un consejo.

Doctor Xavier Pérez, médico y catedrático de la Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia:

Lo primero que me llama la atención es la tremenda demanda afectiva de estos niños. A menudo veo casos de depresión y ansiedad enmascaradas con hiperactividad y déficit de atención. Es muy importante prestarles atención, darles mucho amor, proveerlos de un afecto estable y seguridad emocional, especialmente de cero a cinco años, porque es cuando se forma su estructura psicológica básica. La carencia de afecto se puede «patologizar» de muchas formas, por ejemplo, enuresis nocturna, ansiedad, trastorno de déficit de atención, hiperactividad, dificultades con los patrones de alimentación y de sueño, problemas respiratorios y alergias, entre otros.

Cuando se le pregunta al doctor Pérez si ha observado características parapsicológicas en los niños de hoy, su respuesta es la siguiente:

Sí, he oído de niños y de adolescentes que están en contacto con ángeles, por ejemplo. Mi propio hijo tenía un amigo imaginario. Se sentaba en las gradas y jugaba con él, ¡y yo no veía nada! Eso significa que los niños de hoy tienen un nivel de percepción más amplio, una conciencia más desarrollada que la del adulto. Lamentablemente, en general, pierde su percepción al entrar en el sistema escolar, que lo condiciona y lo coarta. Conozco casos de algunos niños que ven seres de otras dimensiones y pienso que es un gran error remitirlos a psiquiatras como si fuesen esquizofrénicos. Creo que los profesionales, mis colegas, tenemos que ampliarnos a otros niveles de entendimiento, tener una visión más trascendental de la mente humana, que hasta ahora ha sido muy conductista y mecanicista. Si los niños son bien atendidos, estoy seguro de que se producirán factores de cambio muy grandes y muy profundos para la humanidad.

Cinco ejes de cualidades en los niños de hoy

Nos llaman especialmente la atención, como psicólogos, cinco ejes de cualidades «nuevas» en los niños del tercer milenio.

  1. Muestran un perfil de «personas autodesarrolladas» (características planteadas por el psicólogo Abraham Maslow en su libro Motivación y personalidad), es decir, nos hallamos en presencia de niños con un alto grado de interdependencia, con pautas innatas de empatía, congruencia y aceptación incondicional de sí mismos, del otro y de lo que los rodea. Son autodidactas en muchos aspectos de la vida.
  2. Presentan cualidades ligadas al hemisferio derecho y a lo que Daniel Goleman y sus colaboradores dieron en llamar «inteligencia emocional». Los niños de hoy presentan una gran tendencia a utilizar ambos hemisferios, sincronizándolos de manera natural y armónica. Se observa una inteligencia emocional excepcional, especialmente en niños de dos años y en lactantes.
  3. Poseen cualidades relativas a su alta hipersensibilidad. Se observa en ellos una alta sensibilidad física (en sus cinco sentidos), emocional, social, ética y espiritual. Esto les genera una gran intuición respecto a los sentimientos de los demás.
  4. Tienen talentos psíquicos en mayor grado que los adultos: capacidades innatas de clarividencia, telepatía, precognición y otras facultades extrasensoriales –en menor grado, telekinesia (mover objetos con la mente).
  5. Sus pautas de aprendizaje son diversificadas. Apreciamos que los niños utilizan varios tipos de inteligencia y poseen mucha creatividad y originalidad en el aprendizaje.

¿Está emergiendo un nuevo ser humano?

¿Qué se entiende por niños y jóvenes del tercer milenio? ¿Niños de las nuevas generaciones, o como a veces también se les denomina, «nuevos niños»? En realidad, no son «nuevos», o al menos ellos no se ven así. Sin embargo, muchos adultos perciben este fenómeno como algo novedoso.

Al hablar de niños y jóvenes del tercer milenio, aludimos a grupos y a personas, que incluso pueden ser adultas, que presentan determinadas características o talentos innatos, una mayor percepción y una mayor sensibilidad en los ámbitos fisiológicos, afectivos, emocionales, éticos, conductuales, cognitivos, sociales, psíquicos y espirituales.

Este fenómeno llama especialmente la atención por varias razones:

  • El hecho de que se produzca en todo el planeta y en todos los sectores socio-económicos y culturales.
  • El aumento cuantitativo acelerado del número de niños con estas características.
  • La rapidez cualitativa de los cambios intrínsecos, especialmente de índole psíquica y espiritual, que experimentan los mismos niños y jóvenes, e incluso los adultos.
  • Las extraordinarias proyecciones para el futuro que esto conlleva como «apertura de conciencia» a nivel planetario.

Una minoría de ellos pueden ser niños superdotados, con un coeficiente intelectual elevado, pero no siempre es así. Sobre todo destacan por su brillantez, su madurez psicológica y espiritual, así como su alto «coeficiente de inteligencia emocional», como observa Goleman.

A veces sus características son confundidas por desórdenes de deficiencia de atención, hiperactividad o trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). A menudo se los etiqueta como «niños problemáticos» con supuestas dificultades de aprendizaje por ser inquietos, veloces y aburrirse fácilmente, especialmente cuando la materia o la asignatura se le presenta de una manera poco interesante o monótona.

¿Se está produciendo una apertura de conciencia?

El doctor Abad Merchán, antropólogo y sociólogo ecuatoriano, resaltó que estamos viviendo un momento único en términos de aceleración evolutiva de la humanidad:

Hay que reconocer que la presencia de estos nuevos niños representa el símbolo en vida de un cambio trascendental de la humanidad actual, solo comparable con los grandes hitos históricos de adaptación a lo largo del llamado «ascenso del Ser humano», tales como el fuego, la agricultura o la revolución industrial. Pero el cambio actual no incluye solamente el mundo físico y externo, sino principalmente interno, a través de la modificación de la conciencia. En nuestros hijos podremos ver el reflejo de la síntesis de millones de años de evolución del ser humano, de la historia del universo. El cosmos se ha condensado en el microcosmos que es el ser humano, y los talentos de la niñez son la joya de la corona de este universo (E-revista Amérika Índigo, nº 7, abril de 2004: 1-2).

¿Estamos asistiendo, sin saberlo, a un proceso de cambio muy intenso y fuerte, consistente en el paso de un nivel de conciencia a otro, en subir un escalón en la evolución?

Lo sorprendente no es lo que les está sucediendo a los niños, sino el cambio interior que se está produciendo en muchos adultos, cambio que viene provocado por la presencia de las nuevas generaciones y que supone olvidar lo aprendido socialmente y ser capaz de llegar a lo natural, a la esencia de uno mismo y de todo lo que le rodea. Esto supone un vuelco total de la situación. Son los adultos los que deben aprender de los niños y jóvenes actuales, y no al revés.

En los aspectos básicos de la subsistencia, de la forma de generar recursos y de mantener a la familia, son los adultos los más expertos. Pero en lo que respecta a la vida interior, a los aspectos emocionales y psicológicos, son los niños quienes más pueden enseñar, quizá por estar dotados de mejores herramientas y saber vivir de una manera más natural y espontánea.

Las generaciones actuales no se consideran «propiedad» de sus padres. Son seres que se sienten libres, únicos e independientes, y que desean unas relaciones basadas en la igualdad y no en la autoridad. Hay muchos adultos que ya son conscientes de esa realidad.