Roldan, Nicole
Las cosas que dije en silencio / Nicole Roldan. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2019.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0274-2
1. Poesía Argentina Contemporánea. I. Título.
CDD A861
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A mi familia, por apoyarme y por siempre darme coraje.
A la vida, por demostrarme que los sentimientos son reales.
A vos, para que puedas entender que sí,
que era yo.
A veces el silencio puede ser terrible
cuando estás necesitando un grito de paz.
En manos de la locura
Ahora mi mente
no deja de dar vueltas,
perdida en mil cosas que nunca pudieron pasar.
Es extraño cómo algunas personas
dejan marcas profundas,
heridas que el tiempo promete curar.
No puedo detenerlos,
están corriendo por mis venas
todos los deseos que nunca pude realizar.
Y llega la mañana,
con ella mis ansias de volar.
Quisiera olvidar.
Ahora mis manos
comienzan a temblar
con un frío congelando mi mente.
No puedo detenerme,
estoy cayendo en las manos de la locura.
Desearía convertir
esta oscuridad en claridad.
El día esta brillante
El día está brillante,
pero hoy me siento cobarde,
no me he atrevido
a asomar la cara por el balcón.
No es que tenga miedo,
es que el sol es tan radiante
que siento que sus rayos
podrían quemar mi corazón.
Un corazón lleno de huecos,
de errores y de dolor.
No es que esté cansada,
es que mi alma necesita estar recostada
buscando un sueño
que la haga dormir mejor.
El día parece tan brillante,
pero no me alcanza
el sabor amargo de lo que queda en mi vaso.
Sigue sintiéndose ridículo
no saber quién soy.
El alma grita desnuda
y no hay nadie allí afuera,
aunque las ventanas están abiertas
mis palabras se convierten en aire
cuando intentan salir.
Solo siento cómo explotan por dentro,
cómo pronto todo se diluye en mi interior.
Final perfecto
Solitaria noche, tengo tanto frío.
Perdida en las calles del olvido,
intentando sanar heridas del pasado,
recuerdo haber luchado conmigo.
Otro momento se escapa,
como las lágrimas que caen de mis ojos
como de un precipicio.
Quizás me ahogaré
en este mar de ilusiones,
de cosas jamás contadas.
La luna continúa brillando,
aunque casi es madrugada.
Estoy muriendo lentamente
en esta calle desolada.
El silencio nunca me ha aturdido tanto,
la soledad nunca ha sido tan malvada.
Estoy muriendo lentamente
y quisiera regresar a casa.
Dulce melodía que suena en mis oídos,
¿me acompañarás a casa?
He perdido los motivos,
con este miedo de no volver a levantarme
y mis piernas yacen congeladas.
Quizás este es mi “final perfecto”,
ese que soñaba mientras miraba el techo,
mientras que luego de un cuento de buenas noches
me perdía en ilusiones baratas.
Quisiera regresar a casa,
que esta dulce melodía,
que aún suena en mis oídos,
me ayudara a cerrar los ojos.
Me gustaría encontrar la calma.
Luna del mar
Luna de sal,
sé que te irás.
Dime que volverás de nuevo mañana.
Brisa dulce,
brisa del mar,
llévate contigo lo malo de mi alma.
Cerraré los ojos,
respiraré con fuerzas,
quiero que me ayudes a sanar.
Noche profunda llena de paz,
dime que podré caminar con seguridad.
Luna de sal, no me dejes en soledad.
¿Acaso puedes seguir
alumbrándome desde el cielo
y quedarte hasta que vuelva el sol?
Cerraré los ojos,
respiraré con fuerzas,
te recordaré en cada estrofa
que pronuncie mi corazón.
Si me encuentras en el alba
Si me encuentras en el alba,
quizás no encuentres mucho,
me gusta el silencio interrumpido por el gorrión.
Solo media sonrisa y un alma con heridas
que a veces deambula en medio del salón.
Me gusta la mañana porque el cielo es claro
porque ya se fueron las sombras que tapaban su color.
Y si continúo en silencio
no es que no quiera decir nada,
no te imaginarías cuántas cosas pasan por mi corazón.
Sé que no soy fácil,
que huyo de la rutina,
que me cansa mirarme al espejo
porque sé que podría ser mejor.
Mis ojos suelen ser brillantes
con ojeras que delatan
la noche melancólica
que escondí en una canción.
Pero no soy buena con las mentiras
porque solo arruinan mi vida,
y si tengo que mentirte entonces diré que me gusta reír
mientras practico la improvisación,
pero estoy convencida de que esta letra
la vengo componiendo desde el día en que comprendí
que la eternidad puede durar un minuto
y el resto de tu vida evaporarse
mientras pronuncias las letras de un adiós.
Si me encuentras en el alba,
quizás no encuentres mucho,
solo una mezcla de tristeza e inspiración
que a veces es solo en vano
porque suelo perderme
en el simple compás de una canción.
Pídeme que te cuente los mejores momentos
y me tendrás intentando convertir
el lodo en oro cuando todo es un desastre,
creo que aún no he aprendido la lección.
Tiempo al tiempo dicen algunos,
detengan el mundo, respondí yo.
Café salado
Lágrimas saladas que caen al café,
se ha perdido la dulzura del momento,
se ha perdido todo eso que fue.
En este instante terrible,
mi corazón se pregunta otra vez:
¿por qué el café ya está perdido?,
¿por qué mis lágrimas tuvieron que caer?
Me gustaría callar las voces,
quisiera un silencio en mis oídos
mientras ordeno los pensamientos
que no puedo detener.
Y ahora un café salado yace frente a mí,
un café salado
como las lágrimas que derramé.
Pensando en mil maneras posibles de amarte,
pero ahora ya no estás conmigo,
quisiera tenerte infinitamente.
Quisiera encontrarte
cuando mis ojos se abren,
cuando en la noche se cierran lentamente.
Ahora este café salado
será el signo de una mañana perdida,
un signo de quererte demasiado,
recordándote.
Caída del corazón
He escuchado tus palabras,
lo has dicho todo,
y perdón por mi silencio,
el miedo se está robando
las letras de la canción.
Y como el comienzo,
todo terminó,
sin que nadie supiera de nosotras,
nadie ha escuchado
la caída del corazón.
Entonces encontraré
en las calles alguna razón,
pero en mis oídos
seguirá constante tu voz.
No me has enseñado a olvidar el amor
y continúo creyendo
en todo lo que descubrió mi corazón;
me has dado en solo una mirada
todo lo que el pasado me arrebató.
Entonces no dirás más nada,
solo se oirán mis lágrimas
quebrándose en el suelo
luego de tu adiós.
Sin decir adiós
Luna,
no te vayas aún;
siento frío y temor.
Guardaré el recuerdo de tu luz
en cada rincón de mi interior.
Pero espera,
mis ojos no han visto suficiente
y a mi corazón le falta amor.
Luna,
son solo unos segundos
hasta que el sueño caiga en mis ojos,
hasta que pronto te vayas
sin decir adiós.
Sé que así será,
así es como sucede cada noche,
así es cómo el sol luego se hace presente,
intentando sanar las heridas del día anterior.
Pero sus rayos queman
como las navajas que tocaron mi alma,
como cada lágrima que recorrió mi cara.
Perdida como la madrugada
sin saber si el sol se escapa
o recién acaba de despertar el alba.
Paisaje eterno
Tal como cambian
los colores del cielo en la madrugada
y mis ojos toman el coraje
de dejarlos ir,
sé que hasta mañana
no volveré a verlos jamás.
Las lágrimas no tardan en llegar,
robándose el aliento que pude recolectar
mientras cantaba
mirando a la luna en soledad.
Todos los colores
es eterna
cuando más necesito verte volver.