Details
Antología
Historia, Band 4
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2,99 € |
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| Verlag: | Linkgua |
| Format: | EPUB |
| Veröffentl.: | 31.08.2010 |
| ISBN/EAN: | 9788490073704 |
| Sprache: | spanisch |
| Anzahl Seiten: | 352 |
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Beschreibungen
En esta Antología de Alberto Adriani sobre Venezuela se manifiesta su lucha por erradicar la desidia que posterga el porvenir de un país; propiciar una economía fundada en principios científicos, y estudiar con criterio los problemas relacionados con la realidad política, económica y social de Venezuela.
Alberto Adriani marcó unas nuevas líneas para el futuro de su país adoptando los principios de la democracia, condenando las desigualdades y las tradiciones coloniales.
Alberto Adriani marcó unas nuevas líneas para el futuro de su país adoptando los principios de la democracia, condenando las desigualdades y las tradiciones coloniales.
Alberto Adriani Mazzei (Zea, 14 de junio de 1898-Caracas, 10 de agosto de 1936). Venezuela.
Hijo de José Adriani y María Mazzei, inmigrantes italianos. Estudió en el instituto Santo Tomás de Aquino de su ciudad natal y terminó el bachillerato en Mérida. En 1918, se trasladó a Caracas para estudiar derecho en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela. Sin embargo, en 1921 abandonó los estudios y se fue a Nueva York para asistir a la inauguración de la Estatua de la Libertad y de allí viajó a Europa y se doctoró en Ginebra en economía y en ciencias sociales.
Poco después fue nombrado cónsul de Venezuela y durante tres años, fue secretario de la delegación venezolana en la Sociedad de Naciones. En 1925 viajó a Londres, y allí encontró el Archivo de Miranda, y gestionó su compra para la nación venezolana con el apoyo de Caracciolo Parra Pérez, entonces ministro de Relaciones Exteriores. Hacia 1928 Adriani se trasladó a Washington invitado por Esteban Gil Borges, ex canciller venezolano, y subdirector de la Unión Panamericana. Adriani fue designado jefe de la División de Cooperación Agrícola de dicho organismo, y se hizo cargo de su Boletín, y de la organización de la I Confederación Interamericana de Agricultura.
En 1931, regresó a Venezuela estableciéndose en Zea, donde trabajó con sus padres en labores agrícolas. El 30 de diciembre de 1935 volvió a Caracas y en 1936 fue nombrado ministro de Agricultura y Cría. El 29 de abril de 1936, pasó a ser ministro de Hacienda encargado de reorganizar la Hacienda Pública Nacional. Por entonces colaboró en la revista Cultura Venezolana y el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas.
Adriani murió a los treinta y ocho años. Su muerte suscitó todo tipo de conjeturas políticas.
Hijo de José Adriani y María Mazzei, inmigrantes italianos. Estudió en el instituto Santo Tomás de Aquino de su ciudad natal y terminó el bachillerato en Mérida. En 1918, se trasladó a Caracas para estudiar derecho en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela. Sin embargo, en 1921 abandonó los estudios y se fue a Nueva York para asistir a la inauguración de la Estatua de la Libertad y de allí viajó a Europa y se doctoró en Ginebra en economía y en ciencias sociales.
Poco después fue nombrado cónsul de Venezuela y durante tres años, fue secretario de la delegación venezolana en la Sociedad de Naciones. En 1925 viajó a Londres, y allí encontró el Archivo de Miranda, y gestionó su compra para la nación venezolana con el apoyo de Caracciolo Parra Pérez, entonces ministro de Relaciones Exteriores. Hacia 1928 Adriani se trasladó a Washington invitado por Esteban Gil Borges, ex canciller venezolano, y subdirector de la Unión Panamericana. Adriani fue designado jefe de la División de Cooperación Agrícola de dicho organismo, y se hizo cargo de su Boletín, y de la organización de la I Confederación Interamericana de Agricultura.
En 1931, regresó a Venezuela estableciéndose en Zea, donde trabajó con sus padres en labores agrícolas. El 30 de diciembre de 1935 volvió a Caracas y en 1936 fue nombrado ministro de Agricultura y Cría. El 29 de abril de 1936, pasó a ser ministro de Hacienda encargado de reorganizar la Hacienda Pública Nacional. Por entonces colaboró en la revista Cultura Venezolana y el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas.
Adriani murió a los treinta y ocho años. Su muerte suscitó todo tipo de conjeturas políticas.
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